Un lugar donde aparentemente el nombre nos dice todo, pero cuando uno lo visita el nombre es sólo parte de la historia.Ubicado en el segundo piso de los claustros de la compañía, desde que uno llega al establecimiento la vista es maravillosa, se ven los claustros y si lo visita de noche se pueden apreciar los reflejos de las luces decorativas, la plazoleta principal con el ruido de algún grupo de turistas que ya se están retirando.Café y Vino: Vista de NocheUna vez dentro del local, es sumamente acogedor, la luz de pequeñas velas en las mesas y un vitral en la puerta opuesta al ingreso, hace que uno se sienta en casa.La carta de vinos es de lo más variada, uno puede encontrar vinos  franceses, argentinos, chilenos, californianos, peruanos y arequipeños, los vinos se sirven por botella o en copa si se desea, lo que permite probar más de uno, y los precios son muy accesibles.Lo que a mi parecer es lo más interesante del local es que no se necesita ser un experto en vinos pues se puede pedir una recomendación y las personas del local en base a los gustos que se les diga, recomendarán un vino a la medida, en mi caso particularmente la recomendación fue más que perfecta.Pero Café y Vino, es más que eso pues se pueden encontrar jugos naturales, todo tipo de cocteles, así como piqueos  y postres. Como recomendación, no puede retirarse del lugar sin probar Gauffres, un postre francés fusionado con la cocina peruana al utilizar harina de los andes, maca y siete cereales en su preparación, que aparte de ser riquísimo es una opción distinta.Café Y Vino: Imagen de la Barra.En resumen Café y Vino es un lugar ameno, agradable, y sobretodo diferente, donde se puede ir con los amigos, con la familia, en pareja y pasar un buen rato.